MI PROYECTO

Mi proyecto

OBJETIVOS DE LAS CASAS NIDO REGULADAS POR LA COMUNIDAD DE MADRID.

Crear núcleos maternales y hogareños con no más de 4 niños/as por acompañante/maestra/educadora que respondan a las verdaderas necesidades de cuidado y atención del infante o los infantes menores de 3/6 años. De por sí, esta estructura repercutiría en una notable mejora de la calidad educativa en este ámbito social.

Defender el derecho del niño a permanecer en un hogar al menos durante los 3 primeros años de vida.

Ofrecer espacios tranquilos para el juego libre con estímulos auténticos y naturales que permitan al niño participar en experiencias significativas y ser protagonista de su propio
desarrollo.

Ofrecer a las familias una alternativa a la guardería o escuela infantil para responder a la cuestión de conciliación laboral y familiar.

Utilizar espacios de atención a la primera infancia en estructuras ya creadas (el propio hogar de la Madre de Día) evitando así nuevos costes a las entidades públicas para este fin. Lo que supondría un número importante de nuevas plazas de atención al menor.
Existen municipios que se prestan especialmente por su estructura urbanística (chalets individuales, pareados o pisos con grandes espacios verdes comunes) para la práctica de esta actividad.

Ayudar a los adultos que forman el entorno del niño a crear por sí mismos las condiciones necesarias y saludables para el desarrollo integral del niño/a.

Ofrecer un espacio de apoyo, asesoramiento e intercambio social a los padres y madres de los niños y de las niñas atendidos.

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS.

La idea de abrir las puertas de mi casa nido como Madre de día a los niños/niñas de tan temprana edad, es ofrecerles un espacio donde puedan desarrollarse, junto a otros infantes, de una manera auténtica, ofreciéndoles lo más parecido a un hogar, en un ambiente acogedor, ordenado, sugerente y bello.

Es importante recuperar el valor del juego como instrumento para conocerse y relacionarse, también para desarrollar la imaginación y la creatividad. Poder explorar y moverse libremente, lleva a los niños y a las niñas a desarrollarse de manera armoniosa a nivel físico y psíquico, descubriendo el mundo que los rodea, pudiendo así comprenderlo y adaptarse a él.

Confío en la propia capacidad que tiene el niño/la niña para elegir lo que le interesa y necesita para su desarrollo (cuando se le ofrece un entorno preparado). La capacidad de libre elección llevará al niño/la niña a desarrollar habilidades de forma fácil y natural, además de permitirme a mi ir viendo los periodos sensitivos que van aflorando en cada uno de los infantes, para así poder ofrecer materiales ricos acorde a estos.

La casa nido “El nido de Nina” es un ambiente real, donde existen sus quehaceres diarios y cotidianos, con una rutina, un ritmo y unos hábitos saludables, unas normas y límites relacionados con la seguridad y el respeto hacia los demás, consigo mismo, con el espacio y los materiales. En suma, un ambiente que invita a los niños y a las niñas a crecer con autonomía, dándoles la oportunidad de intentar hacer las cosas que se proponen por sí mismos, y a crecer con confianza, pudiéndose adelantar a lo que va a suceder, ayudándoles así poco a poco a irse autorregulando.

Para que el niño/la niña pueda desarrollarse, necesita que le demos la libertad de escucharse y hacer lo que por naturaleza siente que debe hacer, que es hacer las cosas por sí mismo/a, explorar el ambiente, interactuar con él, para poder absorberlo todo a través de los sentidos y que el aprendizaje por descubrimiento sea significativo.

Como Madre de día estoy para acompañar a los niños/las niñas que forman parte del grupo en la casa nido como grupo de juego en todos sus procesos, sus emociones, sus circunstancias y peculiaridades. ¿Cómo? Con respeto, amor, escucha, confianza, aceptación, serenidad, apreciación, gratitud, humor y sobre todo con la conciencia de ser, un referente digno a ser imitado por ellos. La imitación, en estos años de vida es fundamental, por ello los adultos debemos ser conscientes de la forma en que nos relacionamos entre nosotros y con ellos, como nos comportamos, hablamos y nos dirigimos a ellos.

"El secreto de la enseñanza es considerar la inteligencia del niño como un campo fértil en el que sembrar las semillas para que crezcan al calor de la imaginación". María Montessori

Es crucial, en esta primera etapa de 0 a 3, darle la oportunidad al niño/la niña de realizar las cosas que ya es capaz de hacer de manera autónoma, debemos permitirle que haga sus esfuerzos, dejándole ir a su ritmo y repetir las actividades tantas veces como lo necesite, para que pueda desarrollar la concentración, la determinación, la habilidad de hacerlas.


En esta etapa es dónde se ponen los cimientos de la voluntad y la toma de decisiones.
Cada conquista le da autoestima, confianza, valor, seguridad, y satisfacción. Para ello es importante que el adulto observe y sepa cuando intervenir. Nuestra labor cómo adultos es estar presente en cuerpo y alma, acompañar al niño/la niña para que vaya conquistando independencia, ofreciéndole nuestra ayuda cuando lo necesite, ayuda colaborativa, siempre viendo al niño/la niña como un sujeto activo: haciendo las cosas CON el niño/la niña, jamás por él o por ella.
Como adultos debemos respetar su esfuerzo, observar sus necesidades y sobre todo trasmitirle amor, porque sus primeras experiencias de vida las va a llevar con él para siempre.

BASES DE MI ACOMPAÑAMIENTO CÓMO MADRE DE DÍA

Quiero enfatizar el acompañamiento respetuoso, el movimiento libre y el vínculo. Para ello:

Velaré por respetar sus ritmos y atender sus necesidades mediante la escucha activa y la observación.

Crearé un ambiente acogedor que les haga sentir bienvenidos cada mañana y cuidaré la estética del espacio creando propuestas atractivas que propicien las ganas de jugar, de explorar y permitan el autoconocimiento de su cuerpo a través del movimiento libre y espontáneo.

Estableceré un vínculo afectivo favoreciendo la confianza, la autoestima y la seguridad emocional.

«La mano del adulto es para el pequeño una fuente importante de experiencias». Ana Tardos I.E.P.B.

PERIODO DE ADAPTACIÓN Y VINCULACIÓN.

El periodo de adaptación y vinculación es el tiempo que tarda un bebé, un niño o una niña en estar familiarizado a un entorno, a una nueva rutina y a gusto con personas nuevas.

Cuando el bebé, el niño o la niña, que hasta el momento ha estado con su familia, por determinadas circunstancias amplia su entorno, para sentirse bien necesita un tiempo para conocer el espacio y la rutina, además de vincularse con nuevas personas porque son las que le proporcionarán seguridad.

Para facilitar este período, las Madres de día recomendamos que su incorporación se realice de una forma paulatina. Conviene que los primeros días (primera semana), los niños/las niñas permanezcan en el nido pocas horas, acompañados de su figura de apego (papá, mamá, abuelos…) y a ser posible que sea la misma persona quien acompañe durante el proceso, alargando su horario poco a poco las semanas siguientes, hasta que se vaya familiarizando conmigo, con los demás niños/as, con el espacio, con la rutina, en suma, con su nueva realidad.

El período de adaptación y vinculación no tiene la misma duración para todos, dependerá de cada niño/niña; aunque como norma general, los infantes necesitan aproximadamente 1 mes de presencia de sus padres en la casita para sentirse a gusto y seguros. Lo aconsejable es que la persona que vaya a hacerse cargo del período de adaptación y vinculación esté disponible el mes entero aún teniendo en cuenta que a medida que vayan
pasando los días, el tiempo que la figura de apego debe permanecer en la casa nido irá disminuyendo.

Recordemos que este es un proyecto de acompañamiento respetuoso y en coherencia a esto velaré por escuchar las necesidades de vuestros hijos e hijas, ante todo, y por su bienestar en mi hogar.

¿CÓMO LO HAREMOS?

El primer día, el niño/niña/bebé que se incorpora y su figura de apego vendrán durante solamente hora, hora y media. Cada familia tendrá su franja horaria exclusivamente para ellos para que el acompañamiento sea totalmente individualizado. Esto quiere decir que lunes de 9 a 10:30h vendrá una familia. De 10:30 a 12h vendrá otra familia. Martes de 9 a 10:30h vendrá otra familia y martes de 10:30 a 12h vendrá la otra familia.

Lo que quede de semana os juntaré de 2 en 2 para que todos tengáis la oportunidad de venir cada día y que los niños/niñas/bebé también se vayan conociendo, viniendo 2 familias de 9 a 10:30h y otras 2 familias de 10:30 a 12h.

Recordad que conviene que los primeros días los niños/niñas/bebé permanezcan en el nido pocas horas, acompañados de su figura de apego. Con ella explora primero el espacio para después poco a poco ir conociendo todo. La idea es que el niño/niña/bebé asocie la casita con estar tiempos cortitos placenteros.

Mi posición será de espectadora hasta que vea que tiene seguridad suficiente para empezar a interactuar conmigo o sea él o ella quien se acerque a mí. Mencionar, que durante el período de adaptación o vinculación yo no intervengo en la higiene, ni tampoco en el desayuno de media mañana, quedando a cargo de esto su figura de referencia.

La segunda semana ya nos juntamos todo el grupo a las 9 de la mañana y cuando note a un niño o una niña a gusto, invitaré a la figura de referencia a que se vaya (determinaremos la manera), según vaya reaccionando el infante, sugeriré a la persona de apego que salga de la casita pudiendo estar disponible, estando cerquita, siempre avisando al niño/niña de que os marcháis, nunca bajo ningún concepto la persona de referencia se marcha sin avisar, esto es muy importante para ellos.

A medida que veamos tanto vosotros como yo misma que vuestro hijo/hija ya se siente a gusto en la casita nido desde las 9 hasta las 12:15, podrá quedarse a comer, y cuando disfrute también del momento de la comida, empezará a quedarse a dormir, aunque esto suele suceder pasadas ya varias semanas.

El periodo de vinculación mueve muchas emociones tanto al niño/niña cómo a la familia, por lo que después de la jornada en la casita nido lo suyo es que estén más juntitos y le preste más atención.

El período de vinculación completo, es decir hasta que el niño o niña se sientan en mi casa nido como en su segunda casa, puede durar hasta 3 meses.

Por lo tanto, durante el primer trimestre, sobre todo, tened en cuenta que el momento de la despedida es un momento delicado, os pido confianza, y no eternizar este momento para dar mayor seguridad a vuestro hijo o hija.

El momento de la recogida, también es importante. Se deben evitar las sorpresas; si ya sabéis que le recogerá otra persona de confianza os pido que me lo comuniquéis por la mañana y si surge un imprevisto durante el día, llaméis con tiempo para avisar al niño/a.

Una vivencia positiva y relajada durante este periodo garantiza que el niño/niña/bebé pueda iniciar su propio camino con la seguridad necesaria para crecer emocionalmente fuerte y con interés para descubrir el mundo y sus posibilidades.

RITMO Y RUTINAS

Todos somos conscientes de la importancia que tiene el ritmo y la rutina en estas edades.
El ritmo es por naturaleza un principio fundamental generador de salud en el infante, de ahí que todo nuestro quehacer educativo debe estar impregnado de él.

Nuestra vida está llena de ritmos, ritmos internos y externos, ritmos corporales y ritmos ligados a la naturaleza, ritmos sociales y ritmos atencionales. El ritmo garantiza salud, armonía, bienestar y seguridad.

Deberíamos ayudar a los niños/as a entrar en los ritmos del día y la noche, aquellos que ayudan a regular el sueño y la vigilia, los tiempos de alimentación y ayuno, de estar dentro y estar fuera. También debemos acompañarlos para ir regulando los ritmos sociales y atencionales, que están relacionados con la capacidad de estar solos o acompañados, de
estar quietos o estar en movimiento, de estar centrados y estar relajados.

Otro ritmo fundamental es el ritmo corporal. Sentir el ritmo del cuerpo, sentirse capaz de moverse con ritmo y gracia, aporta una gran dosis de seguridad y bienestar, y es la base de las capacidades matemáticas y lingüísticas.

Los ritmos aportan orden y estructura, los niños/niñas pueden anticipar los
acontecimientos, y eso les aporta seguridad. A su vez, esto facilita al acompañante/madre de día el día a día, ya que los niños/niñas con alegría y serenidad se sumergen en las distintas actividades diarias, reduciéndose en gran medida los conflictos y rabietas. El ritmo es el gran ayudante de la crianza y acompañamiento de los primeros 6 años de sus vidas.

Aportaciones positivas de los ritmos y rutinas:

Seguridad y confianza.
Regulación emocional.
Favorece la salud de las funciones orgánicas.
El ritmo y la repetición favorecen la capacidad del juego autónomo y la creatividad.

Acompañar el ritmo de las 4 estaciones favorece el vínculo con la naturaleza y la confianza en la vida. En el espacio me gusta presentarles la mesa de estación, más tarde os hablaré de ella.

EL RITMO DIARIO

Los más pequeños tienen una conciencia del tiempo muy distinta a la del adulto. La introducción del concepto del tiempo se hace poco a poco, mediante el ritmo. Es importante que los niños tengan actividades de contracción y expansión durante el día, de manera equilibrada.
Durante el día encontramos alternativas entre actividades de expansión (juego libre dentro y fuera, canciones, rondas…) y las de concentración (cuentos, desayuno comunitario, actividades artísticas…)

CAMBIO DE PAÑAL

Para mí este es el momento más sagrado de todos. De aquí, que mientras esté el papá o la
mamá en el espacio/nido o persona de referencia serán ellos quienes se ocupen.

En el cambio de pañal es donde el bebé/niño/niña se muestran completamente vulnerable, por ello que merezcan absoluta delicadeza.

Es importante avisarles antes de ello, yo esto lo aplico en todo, les da seguridad, pero si para cualquier actividad es importante, aquí lo es mucho más. Siempre le aviso de cualquier movimiento, si le voy a coger su pierna derecha, si lo voy a mover. Es importante como nos dirigimos al bebé/niño/niña. Anticipar, describir, dar gracias. Todo esto ayuda a nuestro vínculo con ellos, nunca forzamos, esperamos y confiamos.

“La COMUNICACIÓN con el bebé desde el primer minuto es el pilar para unas relaciones de CONFIANZA Y RESPETO que sirvan de base para el despliegue de las POTENCIAS infantiles.”

EL RITMO DIARIO EN EL NIDO

La mañana comienza con un ¡¡BUENOS DÍAS!! Se quitan los zapatos de la calle y se ponen las zapatillas de estar en la casita. Cada niño/a necesita su tiempo de llegar y de despedirse. Este momento de la mañana es importante, siempre que se pueda, me podéis contar como ha ido la tarde anterior, la noche, si ha ocurrido algo especial, diferente o significativo para el niño/a (recordad que para ellos cualquier pequeño cambio puede ser relevante, de esto hablaremos y profundizaremos en nuestra entrevista) que consideréis deba saber, o simplemente “estar” un ratito con nosotros.

Cantaremos nuestra canción de buenos días y según vaya avanzando el curso una vez pasado el período de vinculación, iré introduciendo rimas con movimiento de Tamara Chubarovsky.

Tiempo de juego libre en el interior con posibilidad en función del grupo y de la estación la posibilidad de estar en la terraza. Recordemos que a esta edad las actividades siempre son de libre exploración. Después de un buen rato de juego introduciré en momento de recoger, siempre avisando de cada cambio y de lo que va a ocurrir después.

Momento del desayuno, bien en casa en función del grupo y de la estación, aunque os adelanto que soy partidaria de pasar todo el tiempo que se pueda fuera en contacto con la naturaleza, escuchando siempre los ritmos y esos momentos de expansión y recogimiento.
El desayuno consistirá principalmente en fruta, alguna tortita de maíz/arroz, pan o bizcocho casero, dependiendo también del grupo y de los alimentos que ya hayan sido introducidos y los acuerdos con la familia (aquí se presentará a las familias un menú hecho por una nutricionista).

En caso de haber tomado el desayuno en el nido, antes de salir; cambio de pañal, y después de éste nos prepararemos para salir. Comenzaremos con el parque de la urbanización o el que tenemos al lado de la casita, ya que no es necesario cruzar. Según se vaya afianzando el grupo iremos conquistando diferentes terrenos ya que tenemos una suerte infinita por tener campo tan cerca.

Después de un tiempo fuera, el cual será completamente vivencial, regresamos al nido, nos aseamos para comer, ponemos la mesa juntos (esto será en función del grupo) y comeremos la deliciosa comida que la Madre de día habrá cocinado por la mañana antes de su llegada, o en caso de que la familia traiga la comida, tomarán la comida que haya preparado el papá o la mamá (ésta a la llegada debe de ser guardada en la nevera).

Después de comer, nos lavaremos las manos y dientes. Cambio de pañal, y nos preparamos para el descanso.

Momento de descanso; contaremos un cuento corto, algunas veces cuento de mí cabecita que suele ser la historia del día, y alguna rima, los acompañaré en este momento estando muy presente.

Momento de despertarse, sigo presente y los voy preparando para el momento de volver a casa. En función del grupo existirá la posibilidad de esperar a los papás o mamás en el parque de la urbanización mientras los recogéis, o hacer un ratito de juego libre en el nido, iré escuchando sus necesidades.

EL RITMO SEMANAL

Cada día de la semana tiene una diferente calidad que viene marcada por diferentes actividades artísticas. Esta sería la propuesta para cada día de la semana, (se llevará a cabo una vez afianzado el grupo y en función de su momento evolutivo):

Lunes-Luna; pintura con acuarela, mojado sobre mojado.

Martes-Marte; moldeado con barro, arcilla, plastilina orgánica.

Miércoles-Mercurio; manualidad como tejer, recortar.

Jueves-Júpiter; dibujo libre con crayolas.

Viernes-Venus; actividad hogareña como hacer pan, galletas, lavar…

El ritmo semanal lo suelo aplicar a partir de los 2 años 2 años y medio. Anterior a esta edad el motor para su desarrollo es el juego libre no dirigido.

EL RITMO ANUAL

El ritmo anual viene marcado por las cuatro estaciones y el ritmo de la tierra: Primavera, verano, otoño, invierno, y por la preparación y celebración de las fiestas estacionales:
Pascua-primavera, San Juan-verano, Micael-otoño, Navidad-invierno.


La celebración de las fiestas estacionales es una forma exterior de apreciar los acontecimientos de la naturaleza y del cosmos. Mediante estas celebraciones, el niño puede vivir el ciclo del año siendo este, un ritmo repetitivo que le aporta seguridad y lo sitúa en su entorno.

AMBIENTE ANÍMICO/MESA DE ESTACIÓN

Una forma importante en el nido para acompañar los ritmos anuales será nuestra mesa de estación.

El gesto natural del niño (sobre todo el primer septenio de vida de los 0 a los 7 años) es percibir, vivir plenamente. Los niños viven de forma abierta, admiran el mundo, lo bello, se asombran llegando casi hasta la veneración, y además lo interioriza. La realidad es que los niños/as vienen de serie muy conectados con su Ser esencial. Y es importantísimo que no pierdan esa conexión con su interior, pues es lo que favorecerá la libertad para escoger su propio camino.

De ahí la importancia de la mesa de estación en cada época del año, para inculcar en nuestros niños las bases de una vida espiritual unida al movimiento y épocas de nuestro mundo, el niño/a siempre aprenderá a través de la imagen.

Suele ser algo muy sencillo, con algo especial que hayamos encontrado en un paseo especial, en otoño suelen ser piñas, en verano conchas de mar, primavera alguna flor que recogemos del campo, acompañado de alguna creación de lana cardada.